miércoles, 17 de julio de 2013

La historia del día: LA MUERTE DE LOS ROMANOV

Un día como hoy, pero de 1918, muere asesinado el Zar de Rusia Nicolás II y su familia, acabando así con la Dinastía Romanov.


La Revolución Rusa de 1918 no tenía como objetivo asesinar a la familia de Zar, y simplemente habían planeado exiliarlos a Inglaterra; sin embargo, el gobierno pensó que no debía permitir que el poder de los Romanov pudiera crecer en el exilio. Así, la noche del 17 de julio de 1918 el Zar, su esposa, sus 5 hijos (Olga Nikolaievna Romanova de 22 años, Tatiana Nikolaievna Romanova de 21 años, María Nikolaievna Romanova de 19 años, Anastasia Nikolaievna Romanova de 17 años, y el Zarevich Alexis Nikolaievich Romanov de 13 años) y 4 sirvientes fueron conducidos al sótano de la casa en la que se encontraban arrestados. La excusa fue llevarlos para tomarles unas fotos; sin embargo, la intención era otra: fusilarlos. El Zar murió de un balazo en la cabeza y la Zarina de uno en la boca; sin embargo algunos de los hijos no se murieron de los tiros por lo que fueron golpeados y asesinados con las bayonetas. Una de las sirvientas intentó escapar y fue asestada con la bayoneta una y otra vez. Hasta el perro de la familia recibió un balazo. Después de muertos, la orden era que los cuerpos fueran mutilados y destruidos para que no pudieran ser reconocidos. Así, se encontraron algunos restos de huesos quemados y otros bajo la erosión del ácido sulfúrico.


Imágenes del Zar y su familia en arresto

Residencia de Ipatiev, lugar donde fueron asesinados

Escaleras que los condujeron al sótano

El sótano


Algunos expertos dicen que los últimos en morir fueron el hijo del zar y heredero al trono Zarevich Alexis y su hermana Anastasia.
Parece ser que al saber la familia que iba a ser enviada al exilio, se cosieron joyas y piedras preciosas en el interior de la ropa -dentro del corset- para poderla llevar con ellos sin ser detectadas por sus captores. De hecho, este fue uno de las justificaciones para pensar que algunas de las balas no los lastimaron, ya que éstas rebotaban en las piedras preciosas. El número de corsets fue lo que comenzó la leyenda de la supervivencia de Anastasia. Aparecieron 6 corset, por lo que se dedujo que pertenecían a las 5 mujeres de la familia real, y el otro a una de las criadas. Sin embargo, poco después se supo que cada una de las mujeres de la familia real empleó esa noche 2 corsets, para poder poner las joyas y piedras preciosas entre ambos. Así, de pronto, se dieron cuenta que faltaban los corsets de una de las integrantes de la familia Romanov.



El pequeño Alexei

Alexei, heredero al trono

Anastasia


Olga, Tatiana, María y Anastasia

Olga y Tatiana

El Zar y su hijo

Un general jugando con Tatiana y Anastasia

Olga y Tatiana

El Zar y sus 5 hijos

Última foto tomada del Zar con vida

Última fotografía de Anastasia

La historia más famosa y que dio la vuelta al mundo fue la noticia de la posible supervivencia de Anastasia, leyenda que pervivió durante muchos años y que vertió ríos de tinta e inspiró películas y representaciones. Dos años después de la matanza, en 1920, una mujer en Berlín intentó suicidarse arrojándose a un canal. Fue rescatada y llevada a un centro de salud mental donde. Allí, amnésica y deprimida, sólo salió de su letargo cuando vio una foto del Zar Nicolás II afirmando que ella era su hija. Entonces, surgió la esperanza ¡se trataba de Anastasia, la hija menor del zar!  Pese a que ninguna corte lo confirmó jamás, algunos familiares de Nicolás II confirmaron que se trataba de la hija del zar; sin embargo, otros, como Olga, la hermana de Nicolás II, nunca estuvo convencida del todo. Pese a ello, cuando murió la mujer la supuesta Anastasia, fue enterrada en la cripta con su familia Romanov.
Se entabló un juicio largo y tedioso en el que se pretendía establecer si la mujer, identificada como Anna Anderson, era en realidad la hija del Zar. Después de 32 años, la sentencia fue firme: no había pruebas suficientes para afirmarlo.
Sin embargo, nuevas pruebas forenses realizadas en 1994, comparando la cara y las orejas de Anastasia y Anderson, siguiendo un procedimiento de identificación concluyeron que ella era la Gran Duquesa Anastasia
En 2007 después y tras realizar estudios de ADN, se confirmó que ella no era Anastasia, si no Franziska Schanzkowska, una joven polaca que después de sufrir un accidente en la fábrica en la que trabajaba y quedar amnésica, asumió como suya la historia que su esposo le había contado acerca de la familia Romanov y de Anastasia.  La verdadera fue hallada en  una fosa, junto a su hermano, a escasos 30 metros de la casa donde fueron asesinados.
Anna Anderson

Bosque donde fueron encontradas las fosas

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